Las impresoras 3D no ha sorprendido a mucha gente a causa de un solo problema: los polímeros plásticos utilizados como materiales son limitados y no permiten la creación de una gran variedad de objetos útiles.
Pero los científicos de la Universidad Tecnológica de Michigan dieron pasos muy importantes para poner fin a este prejuicio. El equipo del profesor Pearce Joshue desarrolló una impresora 3D de bajo costo, que se puede hacer en casa y, sobre todo, es capaz de dar forma a los objetos de metal.
La impresora 3D incluye un pequeño soldador MIG y un microcontrolador de código abierto. El funcionamiento es simple: capas de metal se unen por soldadura para formar el objeto deseado. En total, el gasto suma los US$ 1500 para fabricar la impresora 3D, un precio por debajo de los modelos vendidos en el mercado.
Por ahora, sólo se han imprimido simples engranajes y varias formas geométricas como una prueba, pero este es el comienzo de un futuro muy prometedor – y peligroso. Si las impresoras 3D de plásticos ya se utilizan en la fabricación de armas que funcionan realmente, imagina ahora una impresora con balas y pistolas de metal.
Pero también es posible ser optimista: fabricas de todos los tamaños y almacenes en general se beneficiarían de los bajos costos de fabricación de las propias piezas. «Realmente no sé si somos lo suficientemente maduros como para manejar la situación. Pero creo que con el enfoque de código abierto, podemos lograr una sociedad al puro estilo de Star-Trek en la que «replicadores» pueden crear una gran variedad de objetos al momento, dando lugar a una riqueza para todos con un bajo costo. Pronto, seremos capaces de fabricar casi cualquier cosa» Concluía el profesor Pearce encargado del proyecto.
