Uno de los mayores problemas hoy en día es la excesiva emisión de dióxido de carbono, principalmente por la gran cantidad que es expulsada por los coches en todo el mundo, que afecta peligrosamente la capa de ozono y causa el efecto invernadero.
Investigadores del MIT (Massachussetts Institute of Technology) han encontrado una bacteria que puede alimentarse del dióxido de carbono y producir isobutanol. Este producto es un tipo de alcohol que puede utilizarse como combustible verde para la gran mayoría de vehículos.
Con esto sería posible eliminar el dióxido de carbono de la atmosfera, dejando la capa de ozono más segura y comenzar a “enfriar” el planeta, eliminando el odioso infecto invernadero. Además, el isobutanol es diez veces más potente que los biocombustibles disponibles hasta el momento.
La gran dificultad del proceso es el hecho de que esta bacteria necesita ser alterada genéticamente para que el combustible pueda ser generado. Afortunadamente, los ensayos en laboratorios ya han dado resultados positivos. Lo que hace en si la bacteria es tomar el carbono disponible y almacenarlo en forma de polímero, la intención de los científicos es que después que la bacteria haya sido modificada genéticamente es conseguir que esta utilice el dióxido de carbono y comience a fabricar combustible. Ahora, vamos a esperar que este nuevo descubrimiento pueda ayudar a nuestro planeta.
Vía | LiveSciencie