Como la Biblia puede servir para descubrir tus contraseñas

De acuerdo con tus creencias religiosas, la Biblia puede ser sólo un libro dirigido para las buenas costumbres y un lugar para el mundo pós-túmulo. Pero hay los que pueden darle una utilidad diferente al libro sagrado del cristianismo. Por ejemplo, para averiguar tus contraseñas – aquellas especialmente inspiradas en este libro.

Es el caso de los investigadores seguridad Kevin Young y John Dustin. Como puso de manifiesto un artículo del sitio Ars Technica, el dúo no solo se valieron de la Biblia, sino también gran parte del depositario de los libros del Proyecto Gutenberg – obras cuyos derechos de autor han expirado – para crear una enorme base de datos de palabras y frases,para ayudar a romper las contraseñas.

15 mil libros y 344 mil contraseñas

Como la Biblia puede servir para descubrir tus contraseñas

El resultado, compuesta por un total de aproximadamente 15 mil obras — a la que también se unió a Wikipedia — entonces fue aplicada sobre las 344 mil contraseñas que se filtraron en el famoso caso de la compañía de inteligencia Stratfor, dando como resultado un éxito considerable.

De forma casi inmediata, un torrente de contraseñas consideradas “complicadas” se revelaron por si sola. En ellas se incluían contraseñas como las siguientes:

  • Am i ever gonna see your face again? – con 36 caracteres.
  • in the beginning was the word – con 29 caracteres.
  • from genesis to revelations – 26 caracteres.
  • I cant remeber anything – con 24 caracteres.
  • thereisnofatebutwhatwemake – 26 caracteres.
  • givemelibertyorgivemedeath – 26 caracteres.
  • eastofthesunwestofthemoon – 25 caracteres.

la biblia y las contraseñas

A lo largo del articulo, Young y Dustin explican cómo incluso utiliza YouTube, Twitter y otras fuentes de datos para agregar niveles adicionales de complejidad a sus técnicas de descifrado de contraseñas. De todos modos, será mejor que tengas cuidado con tus contraseñas – especialmente si basas tu seguridad en los estudios bíblicos.

Vía Ars Technica | Fuente de algunas  imágenes Wikimedia Commons

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